El director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, calificó este lunes 30 de noviembre de “preocupante” la situación de la epidemia de coronavirus en México, en medio de un repunte de contagios y hospitalizaciones.
México, el cuarto país con más muertes totales asociadas a Covid-19, con más de 105,000, ha experimentado en las últimas semanas un aumento de los infectados, mientras las autoridades reclaman responsabilidad a los ciudadanos, pero no imponen medidas coercitivas como en otras partes del mundo.
“El nivel de aumento de casos y muertes en México es muy preocupante”, dijo Tedros, al remarcar que el país “alcanzó su nivel más bajo (de fallecimientos) la semana del 12 de octubre” y el 23 de noviembre se habían duplicado. “Esto muestra que México está en mal estado”.
“Esperamos que todos los líderes den ejemplo. Esperamos que los líderes sean modelos”, dijo, y aclaró que aludía a líderes políticos, religiosos, entre otros.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido cuestionado por la oposición por usar el cubrebocas en contadas ocasiones y no haber impuesto medidas más restrictivas contra el coronavirus como en otros países, mientras trataba a toda costa de evitar que la actividad económica se paralizara.
López Obrador reconoció el lunes que la pandemia, que ha dejado 1 millón 107,071 contagios, 6,388 en las últimas 24 horas, ha sido el mayor obstáculo con el que se ha topado desde que llegó al poder hace dos años, el 1 de diciembre de 2018.
En su rueda de prensa diaria, informó que se ha reforzado la atención sanitaria del fenómeno en varios estados de México en los que se llegó a cuotas de hospitalización por dolencias asociadas al coronavirus de hasta el 95 por ciento.
La Secretaría de Salud reportó un exceso de mortalidad del 38% en el país entre el 1 de enero al 24 de octubre pasados, con un total 217,989 defunciones certificadas no esperadas con relación al mismo periodo del 2019. De esa cantidad, alrededor de 155,990 muertes son atribuidas probablemente a causas de Covid-19.
Fuente: El Economista