CIUDAD DE MÉXICO.– Durante la Declaratoria de Constitucionalidad de la reforma de impugnabilidad a las reformas constitucionales, Gerardo Fernández Noroña y Alejandro Moreno se confrontaron en la Mesa Directiva.
Tras la declaratoria, los senadores de oposición buscaron seguir dando sus posicionamientos, por lo que Gerardo Fernández Noroña solicitó en votación terminar la discusión, la cual fue concedida.
En ese momento, Alejandro Moreno se acercó a Fernández Noroña y señalándolo con el dedo le pidió la palabra al presidente de la Mesa Directiva.
La discusión terminó en gritos de ambos legisladores, uno pidiendo respeto a la Mesa Directiva y exigiendo que no lo tocarán, mientras que Alejandro Moreno exigiendo que no le grite.
Fue cuando la senadora de morena, Lucia Trasviña, se interpuso entre los dos y el senador priista se retiró a su escaño para después tomar la palabra.
–Lo hemos respetado siempre al pedir la palabra.
–Y así ha sido. No necesitas senador Alejandro Moreno, vaya a su curul. ¡No me ponga el dedo encima! ¡No me toqué! ¡No me toqué!
–¡No me grite! ¡A mí no me grite!
–Respeto a la presidencia.
–Cincuenta veces lo hiciste. ¡A mí no me grites! Te vine a pedir la palabra.
–Respeto a la presidencia.
–Pues date a respetar.
–¡No me toque! ¡No me toque!
Después del altercado, Fernández Noroña dijo que todos los legisladores merecen su respeto, pero de ninguna manera toleraría que le pongan el dedo encima.
“Yo quiero aquí plantear que todas las senadoras y senadores me merecen respeto, pero bajo ninguna circunstancia voy a tolerar que alguien me ponga un dedo encima, porque yo no los toqué, yo no los toqué a nadie, yo no los toqué a nadie y los senadores reaccionaron a la agresión”, detalló después Fernández Noroña.
Ya desde su escaño, el senador priista detalló que lo que le fue a pedir a Gerardo Fernández Noroña fue que hiciera un registro de participaciones, mientras consultaba si el asunto estaba concluido.
“Lo que fui a decirle a usted era que se hiciera un registro, como se ha hecho en otras ocasiones de los oradores que han levantado la palabra y consulta a usted si está suficientemente discutido y se acabó. Lo que estamos pidiendo es el derecho de poder hablar, de poder expresar y lo que hemos hecho de manera firme, clara y respetuosa. Eso fue todo, jamás para agredirle, jamás para faltar al respeto”, explicó.