“Pasar por San Jerónimo, por el Campo Marte, que son las banderas para asta de 100 metros, de las más grandes que tenemos en la República —dice Ismael Chavoyo, sargento de la FAVE— es una satisfacción verla ondear, ver los colores, que nos representan al pueblo mexicano”.
Y explica: “Aquí manejamos diferentes tamaños para astas de tres metros, hasta la de 110 y la más grande de 120, que está en Piedras Negras. También aquí confeccionamos banderas de oficina y banderas de escritorio”.
Ubicada en la Zona Militar ‘El Vergel’, esta fábrica forma parte de la Secretaría de la Defensa Nacional (Defensa), convirtiéndose en un espacio crucial para la soberanía y seguridad de México.
El Ejército mexicano tiene la responsabilidad de la producción y confección de la bandera, garantizando altos estándares de calidad y respeto hacia este símbolo patrio. Además, asegura uniformidad y control de calidad.
Con pincel y brocha, 11 soldados plasman el escudo nacional
El 24 de febrero se conmemora el Día de la Bandera, una fecha en la que se rinde homenaje a este importante símbolo de la identidad mexicana.
Con sus tres franjas verticales verde, blanco y rojo, y su águila devorando una serpiente posada sobre un nopal, recuerda la historia, la independencia y los valores del país y 11 soldados se encargan de darle vida al dibujo con pincel y brocha.
Con lápiz en mano, se dibuja cuidadosamente la majestuosa águila que se posará en el corazón de la bandera. Después se pintará con 11 colores base y cinco matices, para darle realce y relieve al escudo nacional, explica Hayde García, sargento segundo de la Fábrica de Vestuario y Equipo.
Arrodillados sobre largas extensiones de tela, los uniformados pintan con color dorado del águila y el verde del nopal comienzan a tomar forma bajo sus manos.
Cada detalle, cada pluma del águila y cada espina del nopal, es pintado con dedicación y orgullo, conscientes de que su trabajo es parte de la identidad y la historia de México.
“Un orgullo para mí y para toda mi familia, para el pueblo mexicano, pues ser partícipe de la elaboración de nuestro lábaro patrio.
“Al verla ondear, al verla en un asta, es un orgullo para todos mis compañeros y para todos, el pueblo mexicano, es lo que representa al pueblo mexicano,” confía el sargento Chavoyo.