SANTA TERESA, Nuevo México.– Oficiales de Aduanas y Protección Fronteriza de EU asignados al puerto de Santa Teresa incautaron 4 mil 600 pastillas de Tramadol y 90 libras de mortadela de cerdo prohibida.
“Es importante que los viajeros se eduquen sobre qué productos pueden ingresar legalmente. E incluso si creen que un artículo está permitido, los viajeros deben declarar todos los artículos que transportan desde el extranjero para evitar multas y sanciones”, dijo Tony Hall, Director de CBP en el puerto de Santa Teresa.
El decomiso se realizó el 25 de agosto pasado, cuando una mujer de 34 años, ciudadana estadounidense, llegó procedente de México por carriles vehiculares.
El conductor dio una declaración negativa al oficial principal de CBP, quien refirió el vehículo para una inspección secundaria.
Durante una inspección secundaria, los oficiales de CBP localizaron 92 botellas que contenían 4600 pastillas de Tramadol, una sustancia controlada de la lista IV.
La búsqueda también arrojó 10 rollos de mortadela de cerdo prohibido que estaban escondidos debajo de los asientos del vehículo. La carne de contrabando pesaba 90 libras.
El individuo recibió una sanción civil y la Bolonia fue incautada y destruida por especialistas en agricultura de CBP según las regulaciones del USDA. El medicamento fue incautado.
La mortadela mexicana es un producto prohibido porque está hecha de carne de cerdo y tiene el potencial de introducir enfermedades animales extranjeras en la industria porcina de los EE. UU.
A CBP se le ha encomendado hacer cumplir cientos de leyes para otras 40 agencias gubernamentales, como el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE. UU., el Departamento de Agricultura de EE. UU. y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Estas agencias exigen que no se permita la entrada de artículos peligrosos a los Estados Unidos. Los oficiales de CBP siempre están en los puertos de entrada y asumen la responsabilidad de proteger a Estados Unidos de todas las amenazas.
El Departamento de Agricultura de EE. UU. y el Departamento de Seguridad Nacional son socios en el esfuerzo por proteger la agricultura estadounidense contra la introducción de plagas y enfermedades en los puertos de entrada de nuestra nación. Los artículos agrícolas prohibidos no declarados serán confiscados y pueden resultar en la emisión de una sanción civil por no declarar.
