DESENTUERTOS: SE PAVONEA SUPER DELEGADO CON ‘PAPI PEJE’

*REVIVE MERODIO CON QUINCEAÑERAS Y JULIÓN
*LE PIERDEN RESPETO AL GOBER

El superdelegado se atiene a la vieja recomendación de que las grandes decisiones se toman en el centro y no acá en el rancho, en la aldea, en la ‘provincia’.

Por eso parece haber ido a la CDMX, a encontrarse con ‘Papi Peje’.

Al parecer quiso dar un golpe maestro a sus detractores, para que les quede claro que sigue en el corazoncito de su padrinote AMLO, con quien se tomó la foto en abrazo, al término del Grito de Independencia en Palacio.

Ha sido de sus ‘gentes cercanas’, según lo dijo en la publicación y se enorgullece, por eso para el super delegado, más que ¡Viva México!, debe gritarse: ¡Viva AMLO!

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Pues dicho y hecho, la fiesta masiva de 118 quinceañeras en Ciudad Juárez fue acompañada por Lilia Merodio, donde el invitado de honor y padrino, fue nada más y nada menos que Julión Álvarez.

Capitalizó la ex senadora, la presencia del cantante en la frontera, para lo cual fue invitado a agasajar con su voz a las jovencitas.

Hasta una de las adolescentes tuvo la oportunidad de aventarse un palomazo con Julión.

El empresario Lázaro Flores es uno de los que han promovido esta actividad de acompañar a las muchachas, quienes viven por la zona de Anapra y tienen dificultades económicas para organizar su propia fiesta. Es una acción altruista, aunque algunos dicen que también son potenciales votos en tres años, los de ellas, y los de sus familiares, para si se ofrece más adelante a Merodio.
Ya no es legisladora, pero logró buena relación con Lázaro, el mecenas.

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Fiel a su estilo, el gobernador del estado hizo esperar a miles de personas, debido a que llegó tarde al comienzo del desfile de Independencia en la capital.

Estaba programado el inicio a las 10:00 de la mañana, pero eran las frescas de las 10:30 cuando apareció el hombre.

Un ciudadano común tuvo la osadía de reclamarle frente a sus guarros, al fiscal general, al comisionado de la CES, así como frente a los representantes de la Policía Federal y la Sedena.

“¿A ver a qué horas mi Corral?”, le espetó.

“Apenas son las 10:30 oiga”, reviró el funcionario. Siguió su camino, agitando la mano a diestra y siniestra, en saludo a los capitalinos, quienes ansiosos, esperaban el comienzo de la movilización de contingentes.

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