El vapeo podría producir cáncer de pulmón en 15 años

Los nuevos productos de tabaco como los vapeadores cada vez se afianzan entre los adolescentes de 13 a 18 años, situación que preocupa a los especialistas ya que, aunque aún falta más evidencia científica, hay “datos suficientes” de que el vapeo “tiene el mismo impacto nocivo que el tabaco convencional” y, según apunta el oncólogo médico y el secretario científico del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP), el doctor Bartomeu Masutti, el consumo de vapeadores podría producir cáncer de pulmón en 15 años, igual que ocurre con el tabaco convencional.

Por tanto, si los jóvenes empiezan a consumir cigarrillos electrónicos a los 15 años, podrían desarrollar un cáncer de pulmón a los 30-35 años. Aunque aún falta suficiente evidencia de este hecho, el doctor Masutti asegura que “todo apunta a que sí”.

Detalla que el 85 por ciento de los casos de cáncer de pulmón podrían evitarse ya que existe una correlación clara entre el hábito tabáquico y el desarrollo de esta enfermedad. “Hay una simetría absoluta entre las curvas de consumo del tabaco en el momento convencional de cigarrillos y la aparición entre 10 y 20 años después de cáncer de pulmón. Y son unas curvas absolutamente idénticas. ¿Esto se va a producir con los cigarrillos electrónicos o los vapeadores? Todo apunta que sí”, agrega el experto.

Según un análisis presentado durante la conferencia de investigación de cáncer de Estados Unidos, las personas que habían consumido tabaco convencional y vapeadores, “tenían un riesgo de cáncer de pulmón entre tres y cuatro veces mayor que los que habían consumido solamente tabaco convencional”, resalta el doctor Masutti.

En este contexto, el nuevo Plan Nacional de Prevención y Control del Tabaquismo 2024-2027, aprobado recientemente por el Ministerio de Sanidad, contempla la posibilidad de “equiparar la regulación de los cigarrillos electrónicos y los productos relacionados del tabaco (con y sin nicotina) a la regulación del tabaco tradicional”, a pesar de la controversia que este punto ha ocasionado ya que algunos colectivos consideran que los vapeadores pueden ayudar a dejar de fumar.

En esta cuestión, el doctor Masutti ha afirmado que “debería ser totalmente equiparable” ya que es “un error” pensar que el consumo de vapeadores puede ayudar a deshabituar a los fumadores. “Esto cada vez tiene menos evidencia y cada vez es más preocupante. Utilizar los cigarrillos electrónicos como una forma de deshabituación del tabaco yo creo que es un error. Hay que igualar el riesgo y el impacto negativo para la salud del consumo convencional de tabaco con las nuevas formas de consumo, específicamente con los vapeadores”, asegura el experto.

Además, los vapeadores suponen un riesgo añadido para la salud ya que su fabricación no está tan homogeneizada como la del tabaco y, por tanto, no se conocen exactamente las sustancias y “puede existir un riesgo”. “También puede existir un riesgo inherente ya que la forma de consumo del vapeador hace que la penetración a través de los bronquios sea más fácil y llegue más lejos dentro de la traquea que la aspiración simple mediante el cigarrillo convencional, es decir, el vapeador facilita probablemente una penetración en profundidad mayor”, añade el doctor.

Por su parte, la especialista en cáncer de pulmón en el Servicio de Oncología Médica del Hospital Puerta de Hierro de Madrid y miembro del GECP, la doctora Virginia Calvo, ha apuntado que “hay motivos claros de preocupación respecto de la oncogenicidad potencial de los cigarrillos electrónicos con una sólida base científica básica y molecular”.