En un año mataron a 86 periodistas; México el más letal

Un total de 86 periodistas fueron asesinados en el mundo en 2022, indicó ayer la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Es decir, cada cuatro días en promedio mataron a un profesional de la comunicación.

La cifra representa un incremento con relación a los 55 en 2021.

Tras varios años de descensos consecutivos, el fuerte aumento del número de periodistas asesinados en 2022 es alarmante”, alertó la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, en un comunicado.

De los homicidios cometidos el año pasado, 44 homicidios se registraron en América Latina y el Caribe.

Entre los más letales, México encabeza la lista, con 19 asesinatos; seguido de Ucrania, con diez homicidios de profesionales, y de Haití, con nueve.

“Estas cifras son un recordatorio de las crecientes fisuras en los sistemas del Estado de derecho en todo el mundo y ponen de relieve el incumplimiento por parte de los Estados de sus obligaciones de proteger a los periodistas y prevenir y enjuiciar los crímenes contra ellos”, denunció el informe.

En su reporte, la agencia de Naciones Unidas precisó que los comunicadores estuvieron en riesgo por informar sobre el crimen organizado, el auge del extremismo, la corrupción o los delitos contra el medio ambiente, entre otros motivos.

Además, 86% de los asesinatos de trabajadores de medios de comunicación permanece impune, denunció el organismo.

“Las autoridades deben redoblar sus esfuerzos para poner fin a estos crímenes y garantizar que sus autores sean castigados, porque la indiferencia es un factor importante en este clima de violencia”, insistió Azoulay.

Sin lugares seguros

De acuerdo con el reporte, alrededor de la mitad de los periodistas asesinados se encontraban fuera de su ejercicio profesional en el momento del atentado.

Es decir, las víctimas estaban en sus domicilios, estacionamientos u otros lugares públicos en los que no estaban trabajando.

“Se mantiene así la tendencia de los últimos años, lo que implica que no existen espacios seguros para los periodistas, ni siquiera en su tiempo libre”, lamentó la Unesco.

“La militarización de las leyes de difamación, leyes cibernéticas y la regulación contra noticias falsas puede generar límites para la libertad de expresión, “todo lo cual crea un entorno tóxico para que los periodistas operen”, concluyó.