Las Fuerzas Especiales del Ejército de los Estados Unidos tienen un importante antecedente en materia de operaciones de contraterrorismo, contrainsurgencia, preparación de guerrilla y operaciones encubiertas.
Ahora, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dejado abierta la oportunidad de utilizar a esta división de élite para atacar a los cárteles mexicanos, recién designados en una acción ejecutiva, como grupos terroristas.
“Podría pasar, cosas más extrañas han pasado”, ha dicho el recién juramentado presidente Trump a pregunta expresa de un reportero sobre si la nueva administración federal podría usar a las Fuerzas Especiales contra los cárteles mexicanos de la droga.
De acuerdo con el Departamento de Defensa estadunidense, las operaciones especiales sí tienen entre sus objetivos blancos dentro de territorio extranjero, sin embargo, se trata de países con los que tienen severas diferencias e incluso relaciones hostiles, como Rusia, China, irán y Corea del Norte.
Por otro lado, el propio Cris Maier, secretario adjunto de la Defensa para Operaciones Especiales y Conflictos de Baja Intensidad, explica que “las operaciones especiales, por su propia naturaleza, ocurren en varios países alrededor del mundo y operan a nivel personal con líderes militares de esos países.”
Es decir, el despliegue de operaciones especiales ocurre en coordinación con otros gobiernos o ante un deterioro de relaciones y una latente amenaza por parte del país extranjero.
“Las capacidades encubiertas de los soldados de las Fuerzas Especiales les permiten conducir estas misiones en áreas que fuerzas convencionales no lo pueden hacer”, se detalla en una hoja informativa de la división.
Según varios artículos especializados, entre el entrenamiento y capacidades de las Fuerzas Especiales se encuentran métodos de guerra no convencional, como guerrillas, además de entrenamiento especializado en áreas como subversión o recolección de inteligencia, e incluso el realizar operaciones encubiertas en otros países.
También se detalla que están preparados para realizar agresiones directas contra organizaciones enemigas, misiones extranjeras de defensa por solicitud de otro país y reconocimiento en campo enemigo, entre otros.
Uno de los puntos fuertes del ejército estadunidense ha sido el desarrollo y uso de drones de última tecnología, particularmente para establecer posiciones de defensa o de ataque lejos de las líneas enemigas.
“Han hecho más fácil mantener esa distancia entre los amigos y enemigos y da al comandante más tiempo para reaccionar y dirigir a sus tropas y encontrar rutas más eficientes y estrategias tácticas”, se detalla en un artículo del Comando de Fuerzas Armadas de julio pasado.
El Mando Conjunto de Operaciones Especiales (en inglés: Joint Special Operations Command, JSOC), es el principal componente encargado de ejecutar las actividades secretas de la Casa Blanca en el mundo.
Se trata de un componente de élite del Comando de Operaciones Especiales de Estados Unidos (USSOCOM), formado por unidades de operaciones especiales de las más prestigiosas y competentes ramas de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos.
Estas unidades operan de manera independiente y pueden estar conformadas por la unidad antiterrorista del Ejército Fuerza Delta, el Group de Desarrollo de Guerra Naval Especial, también conocido como SEAL Team 6; la Unidad de Comunicaciones Conjunta y el Task Force 121: Fuerza de tarea conjunta que se especializa en la captura de objetivos de alto valor.