“La disciplina del Ejército no está peleada con el arte”

Mauricio Santamaría Ramírez, subteniente de Transmisiones de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), inició su carrera artística dibujando las estampas que salían en las bolsas de papas fritas. El día de hoy inaugurará su tercera exposición en el Centro Histórico de la Ciudad de México.

En el inmueble de Oaxaqueñísimo, ubicado en el número 42 de la calle Jesús María, el militar presentará su serie Colores a la Vida, con la que busca reflejar la diversidad ecológica, cultural y étnica de Oaxaca, además de reconocer a quien más ha amado: su madre.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el subteniente relata cómo combina sus labores castrenses con la pintura, así como los sueños que tiene de exponer su obra en lugares como Londres o París.

“La disciplina y la marcialidad [del Ejército] no están peleados con las manifestaciones artísticas. En la Sedena, por ejemplo, parte de nuestra formación es tener consistencia, disciplina, ser concretos en nuestro trabajo. Si eso yo lo traslado a mis obras, no dejo de hacer lo que me gusta, que es ser constante, entonces trato de equilibrar la parte marcial con la parte artística”, señala el subteniente.

Asegura que nunca ha tomado clases sobre pintura y que lo que sabe lo ha aprendido a través de tutoriales de YouTube y estudiando la obra de artistas como Diego Rivera, Remedios Varo, Leonora Carrington y Pablo Picasso.

En la serie que inaugurará hoy, y que estará abierta hasta el 28 de octubre, destaca una obra en la que aparece su madre, una mujer que crió a sus dos hijos por su propia cuenta, gracias a su trabajo en un puesto de tamales que tenía en la colonia Vallejo.

“Mi objetivo es rendirle un tributo a mi madre, aunque no uno de luto, sino de alegría, porque la vida sigue y debemos sobreponernos a las adversidades. Ella sacrificó la vida por sus hijos; pudo tomar la decisión de no tenernos, pero lo hizo, y fue madre soltera, entonces nos dio su vida, y eso es un acto de amor increíble”, señala el militar.

Antes de mostrar sus creaciones en Oaxaqueñísimo, Mauricio Santamaría ya había exhibido sus cuadros en el barrio de Tepito, con ayuda de una organización local.

Desde ese momento, el integrante de la Sedena decidió que sus pinturas se expongan en lugares urbanos y populares, para que la gente pueda apreciarlas.

“Yo empecé en las calles, y fue un factor especial, porque en pleno barrio de Tepito la gente va a comprar y se queda a ver las obras. Recuerdo cómo un niño se acercó a tocar uno de los cuadros —y esa era la intención— mientras la madre leía el mensaje que estaba a un lado”.

Cada exposición del subteniente está marcada por su vida y por sus experiencias dolorosas. La segunda serie de obras que creó, por ejemplo, reflejaba el temor de quedar fuera del Ejército tras sufrir un accidente en el que se fracturó los dos tobillos y el peroné.
“Tuve un accidente muy fuerte, entonces la segunda serie que hice fue más biográfica, porque reflejé mis miedos, sobre todo el de perder la vida o el de no sentirme útil para el instituto armado”.

Relata que aunque su madre se mudó desde muy pequeña a la Ciudad de México, él visita Oaxaca frecuentemente para saber de sus raíces: “Ese estado me remonta a mi mamá, a mi familia, a mis abuelos, al olor a tierra mojada, a la comida, a los sabores, a sus playas, a la diversidad cultural, a sus plantas. Lo visito frecuentemente. Me gustan las playas, los cerros, las zonas arqueológicas, los mercados”.

Santamaría Ramírez agrega que le gustaría seguir en el Ejército muchos años y retirarse para entrar a la universidad: “Más adelante, puede que me dedique a esto ya profesionalmente, con una licenciatura. En la Sedena no se me ha truncado esta posibilidad de crear”.