Mataron a 15 civiles al azar en Reynosa

Los ataques del sábado en Reynosa, Tamaulipas, donde murieron 15 civiles y cuatro pistoleros, son parte de una guerra entre bandas criminales por el control de las colonias aledañas al Puente de las Mariposas, que conecta con Pharr, Texas, y es estratégico para el cruce de droga, armas y migrantes, informaron autoridades de seguridad y el procurador de esa entidad, Irving Barrios.

En tanto, el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo denunció que “ninguna corporación” respondió el llamado de auxilio que durante una hora realizó la población al 911 y a través de mensajes de telefonía celular y redes sociales. “Ninguna autoridad federal ni estatal respondió oportunamente a esos llamados, situación que generó un ambiente de terror colectivo”, reprochó.

La Fiscalía General de la República (FGR) atrajo ayer las investigaciones del caso, luego de que el presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó a la Consejería Jurídica hacer los trámites.

Autoridades de seguridad y el procurador estatal explicaron que sicarios de Los Ciclones y Los Escorpiones, del cártel del Golfo en Matamoros y Río Bravo, incursionaron el fin de semana en Reynosa y dispararon al azar en calles de las colonias Almaguer, Lampacitos, Unidad Obrera y Bienestar.

En entrevista radiofónica con Azucena Uresti, el procurador Barrios señaló: “Las fracciones de Los Escorpiones y Los Ciclones quieren quitarle la mayoría a la fracción de Los Metros”.

Esa zona es controlada por Los Metros, escisión del cártel del Golfo, creada por Mario Cárdenas Guillén, El Gordo, arrestado en 2012 y hermano de Osiel Cárdenas, líder del cártel hace 20 años y capturado en 2003.

La importancia del puente Pharr es que registra un paso promedio de 17 mil 500 vehículos al mes, es el segundo a escala nacional por el cruce de productos perecederos y el séptimo más ocupado desde Estados Unidos.

Para los grupos criminales, el control de la zona es estratégico para el trasiego de drogas, contrabando de armas y tráfico de migrantes que cada día llegan en mayor cantidad con la esperanza de cruzar al lado estadunidense.

La del pasado sábado no fue la primera incursión a Reynosa de grupos externos, pero sí la primera en que civiles, es decir, personas ajenas a una banda criminal, son blanco de delincuentes.

La guerra de Los Metros y Los Ciclones es parte de una ruptura en el cartel del Golfo, según funcionarios de seguridad, quienes consideraron “daños colaterales” los asesinatos del sábado.

Ataque cobarde

En su conferencia, el presidente López Obrador calificó de “cobarde” el ataque contra civiles y aprovechó para enviar su pésame a los familiares de los fallecidos.

Aclaró que las primeras investigaciones revelan que no fue un enfrentamiento, sino que un comando disparó contra civiles ajenos a las bandas criminales.

Mientras, la FGR confirmó que ya investiga el homicidio de 15 civiles, la liberación de dos mujeres que los criminales llevaban en la cajuela de un vehículo y la muerte de cuatro pistoleros.

Tras el ataque del sábado, personal del Ejército, la Guardia Nacional, policía estatal y de la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas desplegaron un operativo en Reynosa.

Familias afectadas

Entre las 15 víctimas está Ángel Fernando Ruiz Flores, un joven enfermero de 19 años, originario de Río Bravo, quien para costear sus estudios de medicina trabajaba con su padrastro en una empresa que realizaba trabajos de construcción para el organismo operador del agua. Ayer, amigos y familiares participaron en el velorio.

Eduardo, obrero en una maquiladora, también se sumó a lista de víctimas. El diputado y secretario general del Sindicato Nacional de Industrias Maquiladoras, Alberto Lara Bazaldúa, acompañó a la familia en el velatorio de la colonia Almaguer.

En tanto, Alfredo Recio Palacios, taxista, fue despedido ayer por amigos y familiares.

Las autoridades identificaron a Óscar Antonio López, Ciclón 89, como líder de la banda que arribó de Matamoros. En tanto, el grupo que llegó de Río Bravo está al mando de Juan Miguel Lizardi, Miguelito, uno de los objetivos prioritarios de Tamaulipas, cuyo gobierno ofrece una 2 millones de pesos.