Mordidas de perro, un problema de salud pública en México

En lo que va de dos mil veinte, cincuenta y cinco mil doscientos cincuenta y ocho mexicanos han sido mordidos por un cánido, tan solo en la última semana se contabilizaron mil cuatrocientos doce acontecimientos de esta clase, conforme con el Folleto Epidemiológico Nacional, con lo que se considera un problema médico pública que no solo puede ocasionar lesiones físicas, sino más bien asimismo trastornos sensibles.

“Las mordeduras de cánido aún son un problema médico pública, de ahí que se efectúa una vigilancia angosta de estos acontecimientos, si bien en nuestros días no son la de mayor inconveniente, sino más bien las causadas por otros mamíferos debido a las enfermedades que pueden trasmitir.

“Pero sí, son un inconveniente sanitario que puede generar lesiones con secuelas estéticas y sicológicas”, aseveró Nibardo Paz Ayar, médico epidemiólogo organizador de Programas Médicos en Áreas de Enfermedad Inmunoprevenibles y Semana Nacional de Salud del IMSS.

El especialista reconoció que no existen cifras de mortalidad por ataques de cánido, si bien destacó que el conjunto de población más perjudicado es el que va de los veinticinco a cuarenta y cuatro años, con lesiones que van de leves a graves.

“Lo que tenemos registrado a través del sistema de vigilancia epidemiológica son las lesiones que han sido producidas por perros, no en sí el registro de muertes, sino más bien de lesiones causadas por estos animales que pueden ser inofensivas, o bien representar gravedad para la persona”.

Cifras de la Dirección General de Epidemiología apuntan que este año el número de esta clase de acontecimientos ha disminuido; para la semana epidemiológica treinta y seis de dos mil diecinueve se habían registrado ochenta y cuatro mil doscientos setenta y ocho, y en dos mil veinte la cantidad es de cincuenta y cinco mil doscientos cincuenta y ocho, esto es, veintinueve mil veinte menos. El especialista del IMSS estimó que esto es debido al confinamiento derivado por la pandemia de Covid-diecinueve.

“Los lugares en donde ocurren más las mordeduras de cánido son el área urbana, es donde hay más agresiones, no necesariamente en los parques, sino más bien en la calle tal como, entonces se podría meditar que la minoración de las mordeduras de cánido es consecuencia de la Jornada de Sana Distancia y [debido] a que la gente intenta estar en su hogar para no contraer coronavirus”.

En una revisión efectuada a los anuarios de morbilidad de la Segregaría de Salud (Ssa) de las últimas 2 décadas, EL UNIVERSAL comprobó que de mil novecientos ochenta y cuatro a mil novecientos noventa y nueve no se catalogaba a las mordeduras de cánido como una enfermedad, solo se contabilizaban casos de saña humana sin precisar cuál era la causa.

El año con más casos de saña registrados fue mil novecientos ochenta y seis, con setenta y nueve casos; de ellos, cuarenta y tres se atendieron en centros de salud de la Ssa y diecisiete, en clínicas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS); veintinueve pacientes tenían entre quince y cuarenta y cuatro años, y veinticuatro, entre cinco y catorce años. De dos mil a dos mil tres el Sistema de Vigilancia Epidemiológica añadió “mordeduras” a la lista de padecimientos; en este periodo se reportaron cuatrocientos cuarenta y uno mil trescientos veintiuno casos, sin concretar qué género de animal provocó el daño a las personas.

Desde dos mil cuatro a la data, Epidemiología amplió su catálogo y apartó las clases de mordeduras: por víbora, otros mamíferos y cánido. El código para las mordeduras de cánido es el W54.

El especialista explicó que en el ámbito Salud las primordiales atenciones que se ofrecen son por mordeduras que ocurren en el espacio público, y debido a que se ignora si el cánido que provocó la lesión cuenta con vacuna antirrábica, los pacientes han de ser vacunados contra esta afección.

Destacó que cuando menos en las últimas 2 décadas el conjunto de edad más perjudicado va de los veinte a cincuenta y nueve años, aunque desde los ochenta —cuando se registraban casos de rabia— los más perjudicados iban del año a los diez, desde los noventa la estadística se fue alterando.

Arturo Barraza Macías, estudioso de la Universidad Pedagógica de Durango, apuntó que las mordeduras de cánido son un problema médico pública no solo por las lesiones físicas que puedan causar, sino más bien por los daños en la salud mental.

“Hay personas que desarrollan cuadros graves de agobio y ansiedad, y el hecho de ver un cánido o bien escucharlo ladrar les provoca temor, muy frecuentemente estos acontecimientos pasan desapercibidos y no se atienden los daños emocionales”.

En ese sentido, el especialista llamó a la población que tiene animales de compañía a aplicarles sus vacunas y eludir provocar actitudes de violencia en ellos.

“En la convivencia con perros hay que eludir esta clase de agresiones y la recomendación que se le da a todo el mundo que tienen perros en casa, hablando de prevención de enfermedades, es la vacunación antirrábica”.

Fuente: El Universal