México y Estados Unidos se encuentran en procesos electorales rumbo al relevo presidencial; el tema migratorio es uno de los que más relevancia tiene en materia bilateral y la posibilidad de que Donald Trump regrese a la Casa Blanca hace de ello un foco rojo, pues en marzo el republicano amagó con reinstaurar el Título 42, medida que permitía deportaciones exprés de migrantes hacia nuestro país y que fue levantada por su sucesor, Joe Biden, el 11 de mayo de 2023.
El programa fue implementado como una medida de seguridad ante la emergencia sanitaria por covid-19.
En este año han expulsado a más de 695 mil migrantes, de acuerdo con el portavoz del Departamento de Seguridad Nacional de EU, Luis Miranda, siendo el año con mayor número de deportaciones desde 2011.
“Usaremos la Guardia Nacional y el Ejército, si es necesario, para frenar la entrada de migrantes ilegales”, dijo recientemente Tom Homan, asesor de Trump y exjefe interino del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas.
Otra amenaza expuso el fin del Título 42: entre las personas que esperan en la frontera del lado mexicano, autoridades identificaron a integrantes de la pandilla internacional de origen venezolano Tren de Aragua, a la que se le atribuyen diversos delitos como cobro de piso, narcotráfico, trata de personas y tráfico sexual.
“Se detectó el año pasado al grupo y se dio aviso a autoridades de ambos países”, dijo Gloria Chávez, jefa de la Patrulla Fronteriza del sector de McAllen, Texas.
El Título 42 impidió por más de tres años que los solicitantes de asilo se entregaran a oficiales fronterizos para iniciar su proceso de petición de refugio en Estados Unidos.
Los migrantes, que el 11 de mayo de 2023 acampaban en tiendas que formaban con cobijas, tenían la intención de rendirse ante oficiales de migración por la mañana y que enseguida les otorgaran libertad condicional para poder continuar al encuentro con familiares y conocidos, quienes ya radicaban en el país.
El fin del Título 42 provocó una ola inesperada de migrantes incluso de países de los que antes llegaban en menores cantidades, como los peruanos, colombianos, brasileños e incluso de lugares tan distantes como Indonesia, África Oriental o India.
El secretario de Seguridad Interior, Alejandro Mayorkas, impuso nuevas reglas y prohibiciones para controlar el flujo de solicitantes de asilo.
Sólo serían admitidas las solicitudes que se presentaran mediante la aplicación para celulares CBP One, en la que se les asignaría una cita.
Mayorkas dijo que quienes se atrevieran a cruzar sin permiso la frontera con la esperanza de entregarse a Patrulleros Fronterizos podrían ser detenidos y deportados o incluso enviados a prisión.
Esas limitaciones consiguieron disminuir el flujo de personas que llegaban en busca de asilo, pero el número de migrantes nuevamente comenzó a aumentar de manera gradual, y la Patrulla Fronteriza informó que en diciembre pasado había registrado más de 300 mil detenciones.
La Patrulla Fronteriza vio fácilmente rebasada su capacidad para procesar a los migrantes, especialmente a la familia con menores. Los cuarteles sectoriales tienen cupo para máximo 40 personas, y les llaman “las hieleras”, porque por las noches alcanzan temperaturas congelantes, ya que fueron hechas para disuadir a los migrantes.
“Después de más de 30 años con estrategias de corte policiaco e incluso militar y una infraestructura de castigo y físicamente muy limitada, la Patrulla se encontró con que el flujo de cientos de miles de personas ya no es de indocumentados en busca de trabajo, sino personas que buscan asilo para salvar su vida”, dijo a Excélsior el dirigente de Derechos de los Migrantes Pedro Ríos.
Las autoridades tuvieron que olvidarse de las restricciones que habían impuesto en mayo, y la administración de Biden envió una delegación de alto nivel que encabezó el secretario de Estado, Antony Blinken, para lograr una acción concertada que ayudara a reducir el flujo de solicitantes de asilo. Las delegaciones de México y EU se reunieron en diciembre en la Ciudad de México y en enero en Washington.
El gobierno de México asumió un mayor control del flujo de migrantes y para febrero el número de personas detenidas en la frontera estadunidense se redujo por debajo de los 200 mil mensuales, de acuerdo con cifras oficiales de la Patrulla Fronteriza.
Con las nuevas restricciones al asilo que emitió el Departamento de Seguridad Interior se niega el inicio de asilo a quienes tengan antecedentes criminales y salen en deportación, el resto tiene mayores requisitos.
Así, la administración de Biden atiende verdaderos casos de miedo creíble para procesar asilo, filtra quiénes pasan en libertad condicional, y a un año del fin de Título 42 no considera reinstalar ese programa ni realizar redadas y deportaciones expeditas, como planeaba realizar hace unos meses.