Chihuahua.- Kevin Amalio Hernández, el talentoso músico de la banda “H Norteña”, estaba a punto de revelar su alma en una canción que prometía trascender los límites de la vida y la muerte. Pero el destino tenía otros planes.
En las horas previas al fatídico estreno, los acordes de su última grabación vibraban en el aire, como si el universo mismo se preparara para escuchar. “No debes sentir temor”, cantaba Kevin, su voz cargada de emoción. “Yo te estaré protegiendo, tus pasos iré siguiendo, porque es eterno este amor”. Las palabras resonaban con una intensidad que solo los artistas verdaderos pueden alcanzar.
La vida de Kevin estaba entrelazada con la música. No solo era el vocalista de la “H Norteña”, sino también un virtuoso en varios instrumentos. El acordeón, el saxofón, la batería y las congas eran extensiones de su ser. Pero ahora, en el umbral de la eternidad, su voz se alzaba una última vez.
El trágico ataque con arma de fuego, que también se llevó a su esposa, Marisela Sandoval, dejó a la comunidad musical en shock. Las notas de “Si Dios me lleva con Él” resonarían fuerte hasta el cielo, como un tributo a un talento arrebatado demasiado pronto. Luis Fernando Peinado, conocido como “El Dólar”, expresó la impotencia de todos: “La vida es canija”.
Así, mientras el sol se ocultaba en Chihuahua, la canción se convertía en un himno de despedida. Kevin Hernández Ortega, el hombre detrás de la melodía, se desvanecía en la memoria colectiva. Pero su legado perduraría, como una estrella fugaz que ilumina la noche antes de desaparecer
