Ante la violencia en el país, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) llamó a un diálogo nacional para atender el problema de manera conjunta.
“¡Ya basta! No podemos ser indiferentes ni ajenos a lo que nos está afectando a todos”, afirmaron los obispos en un pronunciamiento en el que pidieron convocar a ciudadanos, víctimas de la violencia, académicos, partidos y líderes religiosos para emprender acciones que pacifiquen al país.
“Creemos que la paz es posible, que tiene que ser posible”, señalaron tras el asesinato de un civil y dos jesuitas dentro de una iglesia en el pueblo de Cerocahui, en Chihuahua.
También exhortaron a las autoridades a cambiar la estrategia de seguridad, pues la actual fracasó.
Antes, Ramón Castro Castro, secretario general de la CEM, lamentó que el país “salpica sangre” de tantos muertos y desaparecidos. Ante esto, exigió a las autoridades una respuesta a la altura de las circunstancias para restablecer la paz.
Urge cambiar plan de seguridad: obispos
La iglesia admite que no ha hecho lo suficiente en evangelizar a los pueblos y es necesario redoblar esfuerzos.
Ante los altos índices de violencia en el país, que calificaron de graves, los obispos mexicanos exigieron a las autoridades federales y locales replantear la estrategia de seguridad, pues la actual ha fracasado.
En un pronunciamiento, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) también llamó a un diálogo nacional para atender la problemática de la violencia armada, ya que no es útil negar la realidad y tampoco culpar a tiempos pasados de lo que toca resolver ahora. “Escucharnos no hace débil a nadie, al contrario, nos fortalece como nación”, aseguró.
“Es tiempo de escuchar a la ciudadanía, a las voces de miles de familiares de las víctimas, de asesinados y desaparecidos, a los cuerpos policiacos maltratados por el crimen. Es tiempo de escuchar a los académicos e investigadores, a las denuncias de los medios de comunicación, a todas las fuerzas políticas, a la sociedad civil y a las asociaciones religiosas”, indicó.
La Iglesia se sumó a los ciudadanos que piden que se ponga un alto a la violencia. “¡Ya basta! No podemos ser indiferentes ni ajenos a lo que nos está afectando a todos”, exigió.
Sostuvo que es responsabilidad de los gobernantes aplicar la ley con justicia para erradicar la impunidad, respetando los derechos humanos, pero procurando la seguridad de los ciudadanos y la paz social.
En esta tarea todos los ciudadanos de buena voluntad podemos ser aliados. ¡No perdamos esta oportunidad!”, planteó la CEM en el pronunciamiento que fue firmado por seis arzobispos y 17 obispos del país.
El asesinato de un civil y dos sacerdotes jesuitas dentro de un templo católico en Cerocahui, en la sierra Tarahumara de Chihuahua, es una muestra de la pérdida del respeto a la dignidad humana y la falta de valores y sensibilidad que padece el país, afirmó.
“El crimen se ha extendido por todas partes, trastocando la vida cotidiana de la sociedad, afectando las actividades productivas en las ciudades y en el campo, ejerciendo presión con extorsiones hacia quienes trabajan honestamente en los mercados, en las escuelas, en las pequeñas, medianas y grandes empresas”, lamentó.
Lo más grave, añadió, “ha llegado a manifestarse con niveles de crueldad inhumana en ejecuciones y masacres que han hecho de nuestro país uno de los lugares más inseguros y violentos del mundo”.
Jesuitas serán sepultados en Urique; velan a Palma
Este jueves, familiares compartieron la invitación para la velación de Pedro Palma, el guía de turistas asesinado.
La velación de Palma se lleva a cabo en Mausoleos Luz Eterna, de la ciudad de Chihuahua, y no se ha dado a conocer dónde será sepultado.
Familia, amistades e integrantes de la Asociación de Turistas del Estado acudieron a la Sala 1 de la funeraria, donde fueron colocados sobre el ataúd, pertenencias que utilizaba en su actividad.
Los sacerdotes jesuitas Joaquín Mora y Javier Campos tendrán una misa de cuerpo presente el sábado en el templo del Sagrado Corazón de Jesús, en la ciudad de Chihuahua, dijo el padre Javier Ávila, integrante de la Compañía de Jesús.
Los cuerpos permanecían ayer en Ciudad Cuauhtémoc, donde fueron entregados por la Fiscalía a la Compañía de Jesús; serán preparados para llevarlos a la capital y velarlos. El domingo serán trasladados a Urique para el sepelio y el lunes sepultarlos en la iglesia del poblado de Cerocahui.
“Basta de discursos blandos”
Los asesinatos de dos sacerdotes jesuitas y un guía de turistas en Urique es el resultado claro de la “tolerancia” tendida por el gobierno al crimen organizado, con su política de “abrazos, no balazos”, recriminó Salvador Rangel, obispo emérito de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Guerrero.
“Ya ha habido muchos discursos blandos, ya fue mucho discurso de buena voluntad, necesitamos tomar otra actitud, proceder de otra manera”, demandó en entrevista con Pascal Beltrán del Río, para Imagen Radio.
“Desgraciadamente es una consecuencia de lo que está sucediendo a nivel nacional, de esa tolerancia con el crimen organizado, eso que dice el Presidente, de abrazos y no balazos, es evidente que ha faltado energía en contra de esos grupos del crimen, que ya no tienen respeto ni por los religiosos”, lamentó.
México está salpicando sangre de tantos muertos y desaparecidos: Ramón Castro
El país “salpica sangre” de tantos muertos y desaparecidos por la violencia e impunidad imperante, reprocharon los obispos de México en voz de monseñor Ramón Castro Castro, secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
A través de un mensaje difundido desde las primeras horas de este jueves en redes sociales, los obispos católicos del país exigieron a las autoridades civiles de todos los niveles una respuesta a la altura de las circunstancias que restablezca la paz en el país y a los criminales parar “tanto odio y violencia” en agravio de sus semejantes.
“Es responsabilidad de quienes gobiernan procurar la justicia y favorecer la paz y la concordia en la convivencia social; esta realidad de violencia nos golpea, nuestro México está salpicando sangre de tantos muertos y desaparecidos, entre ellos 27 sacerdotes, incluidos los padres jesuitas que han sido asesinados por el crimen organizado, identificándose así con los miles de víctimas de nuestro pueblo que han tenido este fin, junto con las decenas de miles de desaparecidos a quienes sus familias siguen buscando”, destacó Castro Castro.
En este mensaje, la Iglesia católica sostuvo que los índices de violencia y sus estructuras de muerte “se han desbordado e instalado en nuestras comunidades desfigurando a la persona humana y destruyendo la cultura de paz.
“Al lado de nuestro pueblo esperamos una respuesta a la altura de las circunstancias por parte de las autoridades civiles en todo los niveles”, exigió el secretario general del Episcopado Mexicano.
En el llamamiento a los criminales y asesinos, monseñor Castro Castro les recordó que todo México quiere la paz, por lo que es preciso poner fin a tantos episodios atroces que han destruido y agraviado a miles de familias mexicanas durante años.
“En el nombre de Dios, sensibilícense ante los lamentos de sus hermanos, que son hijos de Dios, cuyas lágrimas de sufrimiento, impotencia y rabia contenidas claman hasta el cielo, les suplicamos, les rogamos y les exigimos, en nombre de Dios, basta de tanta maldad y odio; queremos la paz”, pidió.
Por último, el religioso manifestó que los obispos de México sienten “como nunca” el dolor por tanta sangre inocente derramada a lo largo y ancho del país.