Estados Unidos ataca Siria e Irak tras ofensiva proiraní

Estados Unidos realizó ayer una serie de bombardeos en Irak y Siria en respuesta a la muerte de tres militares estadunidenses tras un ataque de un grupo proiraní.

“Nuestra respuesta empieza hoy. Continuará en los momentos y lugares que elijamos”, declaró el presidente Joe Biden.

En la ofensiva de represalia, murieron al menos 18 combatientes proiraníes, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

El Mando Central de Estados Unidos (Centcom) anunció que los bombardeos comenzaron a las 16:00 horas (tiempo de Washington) contra objetivos vinculados a la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria de Irán y a milicias proiraníes afiliadas.

“Las fuerzas militares de Estados Unidos atacaron más de 85 objetivos, con numerosos aviones, incluyendo bombarderos de largo alcance volados desde Estados Unidos. Los ataques aéreos emplearon más de 125 municiones de precisión”, detalló el organismo.

En concreto, la Casa Blanca atacó instalaciones de mando y control, centros de inteligencia, almacenes de drones, cohetes, misiles, así como edificios logísticos e instalaciones que aseguran la cadena de suministro de dichos grupos.

El ejército estadunidense agregó que los ataques estaban dirigidos tanto a las fuerzas de élite Quds de la Guardia Revolucionaria de Irán como a grupos de milicianos relacionados.

La operación duró unos treinta minutos y fue “un éxito”, declaró la Casa Blanca.

Tan es así que al menos 26 sitios importantes que albergaban al grupo proiraní fueron destruidos, incluyendo depósitos de armas, según el OSDH, que monitorea el conflicto.

El domingo pasado, tres soldados estadunidenses murieron cerca de la frontera con Jordania en un bombardeo ejecutado con un dron.

Milicias respaldadas por Irán en Irak se atribuyeron el hecho, en lo que supone el primer ataque mortal contra tropas de Estados Unidos desde el estallido de la guerra entre Israel y Hamás el 7 de octubre.

La Casa Blanca culpó del ataque al grupo Resistencia Islámica en Irak, una alianza de varias milicias proiraníes que busca sacar a las fuerzas estadunidenses de Irak.

Biden dijo que la respuesta “seguirá en los lugares y momentos” de su elección.

En el mismo sentido, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, afirmó que el presidente “ha instruido acciones adicionales” para que la Guardia Revolucionaria y las milicias asociadas sean ajusticiados.

GOLPES PERSISTENTES

Estados Unidos y las fuerzas de la coalición han sufrido al menos 165 ataques desde mediados de octubre.

Sin embargo, el ataque del domingo fue el primero que dejó víctimas entre las tropas estadunidenses.

El presidente Biden aseguró que Estados Unidos “no busca el conflicto” en Oriente Medio, mientras que funcionarios de su gobierno dejaron claro previamente que tampoco querían una guerra directa con Irán.

El gobierno demócrata no ordenó golpes en territorio de Irán ni se enfocó en castigar a individuos iraníes.

Ayer, Biden asistió a la solemne llegada a una base militar de los restos de los tres militares fallecidos.

Dos horas después de que se cerraran las puertas del furgón mortuorio, el ejército norteamericano entró en acción.

AMENAZAN CON MÁS HOSTILIDADES

Tras los ataques estadunidenses, la milicia iraquí Al Nujaba sostuvo que mantendrá los ataques contra las fuerzas estadunidenses desplegadas en Oriente Medio.

“Decimos y repetimos que la decisión es iraquí y que no pararemos hasta lograr el fin de las operaciones (israelíes) en Gaza y la retirada de la ocupación estadunidense de Irak”, afirmó el secretario general del Movimiento Al Nujaba, Akram al Kaabi.

Al Kaabi sostuvo que respeta la decisión de la milicia proiraní Kataib Hezbolá de suspender sus ataques contra fuerzas de EU.

Denunció además “la máquina de guerra psicológica” de la Casa Blanca.