El operativo para encontrar a un grupo de 23 personas que desapareció en San Luis Potosí terminó exhibiendo una presunta red de tráfico y una organización de polleros que opera en la carretera 57 de Matehuala, donde extorsionan, secuestran y trafican migrantes que buscaban llegar a Estados Unidos.
Los desaparecidos no eran guanajuatenses ni turistas, sino migrantes. Hasta ayer por la noche habían sido rescatados 40 de ellos: 38 hombres originarios de El Salvador, Venezuela y Honduras, y solo dos mexicanos, sin que se conozca el estado del que son originarios.
Después de que se dio a conocer que el martes desapareció un grupo de 23 personas que rentaron dos camionetas en San Felipe Torres Mochas, Guanajuato, para viajar a Coahuila, se desató una serie de declaraciones contradictorias, luego del hallazgo de los vehículos en Matehuala y de que se hablara de un secuestro.
En un primer momento, autoridades de San Luis Potosí informaron del rescate de 16 “plagiados”, para después rectificar que se trataba de un caso distinto.
A esta confusión abonó el alcalde de San Felipe, en la entidad guanajuatense, al insistir durante dos días que todos estaban sanos, mientras que Adrián González, el socio de Eiffel, empresa que rentó las camionetas, desmintió esta versión y aseguró que el grupo seguía secuestrado, pues aún no pagaban los 60 mil pesos que exigían por cada persona, además de que dijo tener contacto con una de las víctimas, lo que reconoció era sospechoso e ilógico.
Ayer por la madrugada, la Secretaría de Seguridad de Guanajuato desplegó dos helicópteros con alta tecnología, lo que derivó en el hallazgo del grupo, y entonces la historia dio un giro: se trataba de migrantes. Los 23 que salieron de San Felipe más 12 que se sumaron en el trayecto.
Imágenes en poder de MILENIO muestran la zona serrana de Arcángel, en San Luis Potosí, donde los detectaron a bordo de tres camionetas blancas. En una de ellas colocaron a 13 hombres amontonados en cuclillas en la parte trasera, lo que de inmediato fue reportado por los helicópteros para que el operativo terrestre pudiera interceptarlos.
Todos fueron colocados pecho boca abajo para identificar quiénes eran migrantes, choferes y del grupo de secuestradores.
Funcionarios de primer nivel confirmaron a MILENIO que todo apunta a que los choferes eran los encargados de trasladarlos y los mismos que los tenían secuestrados, por lo que ya se abrió una investigación en contra de la empresa de transporte para determinar si está coludida con tráfico de personas.
Explicaron que la persona con la que el socio de la compañía dijo que hablaba, en realidad, era uno de sus conductores y pertenecía al grupo de polleros y secuestradores. Además, conducía una de las camionetas donde fueron interceptados.
Ante estos indicios, el operativo se mantuvo en la zona todo el día, pues las autoridades intuían que se trataba de una red mucho más grande.