Hezbolá pide a 57 países musulmanes unirse contra Israel

El jefe del poderoso Hezbolá libanés afirmó el sábado que su grupo armado había utilizado nuevos tipos de armas y atacado nuevos objetivos en Israel en los últimos días, y prometió que el frente en el sur contra su enemigo jurado seguiría activo.

Fue el segundo discurso de Sayyed Hassan Nasrallah desde que comenzó la guerra entre Israel y Hamás en octubre. En el primero, también este mes, dijo que existía la posibilidad de que los combates en el frente libanés se convirtieran en una guerra en toda regla.

Nasrallah pidió a los 57 países participantes de la cumbre árabe-musulmana que se unieran porque “ellos son los únicos que pueden detener las agresiones en Gaza”.

Nasrallah afirmó el sábado que se había producido “una mejora” en las operaciones de Hezbolá a lo largo de su frente con Israel. “Ha habido una mejora cuantitativa en el número de operaciones, el tamaño y el número de objetivos, así como un aumento en el tipo de armas”, dijo en un discurso televisado.

Dijo que Hezbolá había utilizado un misil conocido como Burkan, describiendo su carga explosiva como de entre 300 y 500 kilogramos, y confirmó que el grupo había utilizado por primera vez drones armados.

Nasrallah afirmó que el grupo también había atacado por primera vez la ciudad de Kiryat Shmona, en el norte de Israel, en represalia por la muerte de tres niñas y su abuela a principios de mes.

“Este frente seguirá activo”, prometió.

Hezbolá lleva intercambiando fuego con las fuerzas israelíes en la frontera entre Líbano e Israel desde el 8 de octubre, con un saldo de al menos 70 de sus combatientes muertos. También han muerto varios civiles.

Pero los bombardeos se han limitado en gran medida a la frontera y Hezbolá ha atacado sobre todo objetivos militares.

El grupo, fundado por la Guardia Revolucionaria iraní en 1982, es la punta de lanza de una alianza respaldada por Teherán y hostil a Israel y Estados Unidos.

Israel estrechó el asedio a Gaza, gobernada por Hamás, tras el ataque transfronterizo del 7 de octubre, en el que, según Israel, murieron unas 1,200 personas y unas 240 fueron secuestradas y llevadas al enclave palestino.

Las autoridades sanitarias de Gaza afirman que más de 11,000 personas -muchas de ellas mujeres y niños- han muerto desde que Israel comenzó su bombardeo contra la pequeña franja costera de 2.3 millones de habitantes.