Miércoles de Ceniza: qué se celebra y su significado

Todos los católicos estamos llamados a vivir los próximos cuarenta días en profunda reflexión. Con el Miércoles de Ceniza, nos adentramos en un clima de arrepentimiento y conversión.

“Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás”

La imposición de las cenizas nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentra en el Cielo.

¿Cuándo es miércoles de ceniza?

La Cuaresma es un tiempo de cuarenta días, que comienza con el Miércoles de Ceniza y termina el Jueves Santo, antes de la Misa con la que comienza el Triduo Pascual. Este es un tiempo de oración, penitencia y ayuno. Cuarenta días que la Iglesia marca para la conversión del corazón.

Esta fiesta cristina tiene la singularidad de cambiar de fecha cada año, está condicionada por la Pascua y Resurrección del Señor que es la celebración que marca todo el calendario litúrgico. Puede acontecer entre el 4 de febrero y el 10 de marzo. Siempre se celebra en día Miércoles.

Miércoles de ceniza significado

Recibir las cenizas tiene como objetivo recordarnos nuestro origen, “Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás”. Con un sentido simbólico de muerte, caducidad, humildad y penitencia, las cenizas nos ayudan a mirar en nuestro interior.

Esta mirada a la interioridad de uno, de reconocer los propios errores y querer rectificarlos, entra en la dinámica de las dos palabras claves de la cuaresma. Al reconocer nuestros pecados, nos arrepentimos y al querer cambiarlos, nos convertimos.

Es día de luz en la vida del cristiano que permite reconocer que somos débiles y que necesitamos de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús para poder llegar a vivir junto a Él en el Reino de los Cielos.

¿Por qué nos imponen la ceniza?

En la Iglesia esta tradición perdura desde el siglo IX y existe para recordarnos que, al final de nuestra vida, sólo nos llevaremos aquello que hayamos hecho por Dios y por los demás hombres.

El Miércoles de Ceniza, el sacerdote traza la señal de la cruz con cenizas en nuestra frente para simbolizar penitencia y arrepentimiento, mientras repite las palabras de imposición de las cenizas que se inspiran en las Sagradas Escrituras:

“Recuerda que eres polvo y en polvo te convertirás” Génesis, 3, 19
«El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.» Marcos 1,15

Estas palabras sirven para recordarnos que nuestro lugar definitivo es el Cielo. Su objetivo es sumergirnos más intensamente en el misterio pascual de Jesús, en su muerte y resurrección, mediante la participación en la Eucaristía y en la vida de caridad.

Las cenizas son los restos de lo que se ha consumido, de los ramos bendecidos el Domingo de la Pasión del Señor, del año anterior. Un signo que recuerda nuestra cercanía al pecado.

Uno también puede mirarse en el fuego que ha producido esas cenizas. Ese fuego es el amor divino y la Cuaresma, surge, como ese fuego que arde bajo las cenizas: este es el recordatorio de la presencia de Dios en nuestra vida, es la constatación de que Dios, por medio de Cristo, se hace pobre para el enriquecimiento de nuestra vida por medio de su pobreza.

Comienza un tiempo de preparación y de purificación del corazón. Un camino para alcanzar la meta de estar repletos del amor de Dios.