Un lamentable caso de suicidio de un niño se conoció en las últimas horas en el municipio de Huimanguillo, Tabasco.
La familia de un niño de tan sólo 13 años, aún no se explican por qué una simple discusión entre primos terminó en tragedia.
Familiares del adolescente, que cursaba el primer grado de secundaria en la escuela Vicente Guerrero, en ese municipio de la zona de La Chointalpa, narraron que el chico se encontraba entretenido con un videojuego de su celular, cuando empezó una pelea con los primos por la disputa del teléfono.
La madre de Mauricio le pidió que compartiera el celular con sus primos, quienes también querían jugar, sugiriéndole que se turnasen el teléfono, sin embargo, la propuesta no fue aceptada por el niño, quien minutos después fue hallado sin vida pendiendo de una viga en un galerón que se encuentra en la parte posterior de la vivienda.
En Tabasco el suicidio infantil ha prendido las alertas, en lo que va del año suman 20 casos de menores de 18 años que han decidido terminar con su vida.
Apenas la semana pasada un niño de 10 años de edad de nombre José Abraham “N” decidió terminar con su vida.
El trágico suceso ocurrió al interior de una casa ubicada en la calle Zeleyka del Fraccionamiento Estrellas de Buenavista; de acuerdo con el reporte de las autoridades, el niño esperó a que sus padres y hermanos se durmieran para cometer dicho acto.
Ante ello, el médico y especialista en Métodos de Solución de Conflictos y Derechos Humanos, Oscar Pérez Baxin, señaló en el panel Foro de Salud Mental y Adolescencia que, si bien a nivel nacional Tabasco no se encuentra en el primer lugar de suicidios, preocupa el hecho de que niños de entre 6 y 8 años decidan quitarse la vida en el estado, una situación que es distinta a lo que ocurre en otros estados del país.
Por su parte, la psicóloga Erandi Rodríguez atribuyó estos hechos a la soledad que viven los jóvenes debido a que los padres de familia tienen la necesidad de trabajar, por lo tanto un porcentaje importante de menores por falta de atención, busca atraer las miradas actuando de manera violenta o autolesionándose.