A 109 años de la Revolución Mexicana, además de tener un valor histórico inherente, las monedas y billetes que circulaban en aquella época llegan a cotizarse actualmente hasta en 5 mil pesos entre los coleccionistas.
Sin embargo, para quienes se reconocen como amantes de la numismática, obtener una pieza histórica ya no es tan difícil como en otras épocas.
Actualmente, a través de aplicaciones y portales de la llamada economía digital, esas piezas pueden encontrarse y adquirirse por medio de internet.
Por ejemplo, en Mercado Libre, empresa de origen argentino especializada en venta y compras a través de la web, tiene disponibles monedas revolucionarias. Mediante esta plataforma digital alguien ofrece tres monedas muy antiguas con caras de revolucionarios por 5 mil pesos.
También es posible encontrar una moneda antigua de plata revolucionaria de 1915 que se vende en mil 500 pesos, con la imagen de Benito Juárez. Otra moneda mexicana revolucionaria de plata de 50 centavos se cotiza en 290 pesos, en tanto que hay una moneda zapatista de 1915 valuada en 600 pesos y otra de Chihuahua, de 1914, que se vende en 590.
La conmemorativa del Banco de México (Banxico) llamada El ferrocarril, emitida por el Centenario de la Revolución Mexicana y que ganó el Premio a la Moneda más Bella del Mundo en 2010, se cotiza en 4 mil 499 pesos.
Sin embargo, los coleccionistas están a la caza de las monedas que se mencionan e ilustran en documentos históricos.
En el artículo La Historia de la Moneda y del Billete en México, el banco central menciona que durante la contienda revolucionaria (1910-1917) se alteró la emisión y circulación de las monedas en el territorio nacional, por lo que las fuerzas beligerantes se vieron obligadas a emitir su propio dinero metálico de burda factura a través de billetes, vales y hasta utilizando cartones.
Esto dio origen a una amplia gama y, entre ellas, una que es muy codiciada por los coleccionistas, es la acuñada por Francisco Villa, la cual también es conocida como el “peso de bolita”.
También existe otra pieza que les roba el sueño a los coleccionistas, quienes pagarían lo que fuera por ella. Se trata de la emisión villista, que se acuñó en Cuencamé, Durango, y que muestra en el anverso la leyenda: “Muera Huerta”, en referencia al entonces presidente revolucionario Victoriano Huerta.
Esta pieza destaca no sólo por ser la única moneda que trae una proclama política, sino por la gracia de su diseño popular y por la sentencia de muerte dictada por Huerta a quien la portara, según apunta Banxico.
Otras que destaca el banco central en el artículo mencionado son las piezas de plata zapatistas con la leyenda: “Reforma, Libertad, Justicia y Ley”, mismas que en su diseño presentan dos montañas y un volcán humeante al centro; arriba hay un sol de ingenuo diseño con una cara humana.
De las más raras, menciona la existencia de una moneda con denominación de dos pesos, con fecha de 1915 y acuñada con metal de un campo minero llamado Suriana, cuyo nombre aparece en la pieza.
De los orígenes de las monedas en el mundo, el Banco de México refiere que cuando los romanos comenzaron a extender su imperio, recogieron los frutos de su conquista y, con ello, los logros de la cultura griega, como la acuñación de monedas metálicas. Fueron las colonias romanas las que llevaron la tradición de las monedas a lo largo de todo el continente europeo.
Y como España ya había sido conquistada por los griegos, se continuó con esa tradición y fue traída a los territorios que conquistaron en América (El Universal).