Al menos 113 migrantes han muerto desde principios de año, debido al calor en la frontera entre Estados Unidos y México.
Esto, de acuerdo con el último balance de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, tres días después de la muerte de un niño migrante de nueve años tras sufrir una serie de complicaciones médicas por las altas temperaturas registradas en el estado de Arizona.
Sólo esta semana han muerto 13 migrantes y se han producido 226 intervenciones por deshidratación, con base en el balance de esta semana que ha presentado el jefe de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, Jason Owens, en su cuenta de Twitter.
“No pongan en peligro sus vidas en este viaje a Estados Unidos”, ha indicado la Patrulla Fronteriza, antes de recordar que las altas temperaturas provocan que “la peligrosa travesía para cruzar ilegalmente a Estados Unidos sea todavía más traicionera”.
Desde octubre de 2020 a septiembre de 2021, la guardia fronteriza norteamericana confirmó un total de 219 migrantes muertos debido al calor, un aumento sustancial respecto a años anteriores, que habían registrado en torno a un centenar de fallecidos.
En junio pasado, 53 migrantes murieron en un camión abandonado en Texas sin refrigeración ni agua, en la peor tragedia de este tipo que se recuerda en suelo estadunidense.