DESENTUERTOS: LE EXPLICAN CON MANZANITAS A LA SÍNDICA

*’ABRAZOS NO BALAZOS’ PARA HIJO DEL CHAPO
*DUARTE Y CORRAL, MÁS QUE UNIDOS

Buena humillada le dieron a la síndica del Municipio, Leticia Ortega, luego de que se inconformó cuando se discutía la autorización del Anteproyecto de Tabla de Valores Unitarios de Suelo y Construcción para el Ejercicio Fiscal 2020.

Estaba aferrada a que el tema era el Impuesto Predial, pero a pesar de que tanto el presidente Armando Cabada como otros regidores le decían que ese no era el tema, porque incluso el Impuesto referido ni siquiera se va a incrementar, ella seguí obstinada.

Fue hasta que pasó al micrófono el titular de la Dirección de Catastro, Alejandro Martínez y le corroboró a la emanada del partido Morena, que andaba errada, fue que ya guardó silencio, sin embargo seguía manoteando, en una mezcla de nerviosismo y pena, pero ya sin saber qué decir.

Algo de lo que le dijeron es que debe acudir a las reuniones importantes de las acciones, donde se discuten temas con los que batalla para entender.
En este caso faltó.

Hasta sus dos compañeros de partido votaron a favor de la propuesta de la Tabla de Valores Unitarios, sin ningún problema.
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El poder del narco quedó de manifiesto, cuando ayer desataron una guerra en calles de Culiacán, Sinaloa.

Respondieron con fuego, al arresto de uno de los hijos del chapo Guzmán.

Aterrorizaron a los ciudadanos de bien, quienes trataron de protegerse de las balas, pero no hallaban la forma de hacerlo.

Los malosos liberaron a decenas de presos, como creyéndose dueños del mundo.

Pero lo más sorprendente fue que Ovidio Guzmán, fue liberado, porque el gobierno tuvo miedo.

La violencia está desatada no solamente en ese estado, sino en muchos otros lugares de la república mexicana. Ha crecido con la llegada del llamado ‘mesías tropical’, quien se burla de los ciudadanos, con expresiones como esa de “guácala”, “fuchi”, y eso de que los malandros deben ser acusados con sus mamás. Perdón y olvido.

Seguro que antes de dejarlo libre le dieron su dosis de “abrazos no balazos”.

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Sorprendió Javier Corral ayer, cuando al estilo del ex gobernador César Duarte, tomó el volante de un camión de transporte escolar y comenzó a conducirlo en la ciudad de Chihuahua.

Un gusto especial por los reflectores.

El ballezano priista también gustaba bastante de trasladarse en helicóptero, al igual que el panista.

Ambos gustaron del refinanciamiento de la deuda y en la despedida de Duarte hasta llegaron a un acuerdo, para que uno se gastara la mitad y el otro lo correspondiente ya en la otra administración.

Pelearon sobremanera, pero al final en terrenos de dinero y de gustos por la buena vida, son muy similares.