*REALIVÁZQUEZ SERÁ AMO Y SEÑOR DE RIBERAS DEL BRAVO
*TUNDE YEIDCKOL A LOERA Y EXALTA A PÉREZ CUÉLLAR
Aunque Javier Corral llegó media hora tarde y retrasó el inicio del informe de Armando Cabada, se notó conciliador con el presidente municipal.
“Vienen tiempos muy buenos para Juárez y tú lo sabes”, le dijo el gobernador a Cabada.
Aunque se refirió aparentemente a los planes de inversión, no faltó el que le dio una interpretación política futurista y comentaron que sería el empujón a la gubernatura rumbo al 2021.
Dicho comentario lo hizo ante la alcaldesa de la capital, Maru Campos, quien se presentó también al informe. También ella es tiradora a la candidatura en el 2021 y se supone sería la más posible en el PAN, pero Corral se la ha pasado desairándola, reprobándola en privado y en público.
Se ha comentado que Cabada sería apoyado como independiente a la candidatura.
Hasta recordó el gobernador que de niños jugaron juntos él y Armando en el parque Borunda.
Ayer mismo fue el informe del presidente de Cuauhtémoc, Carlos Tena, al cual no acudió Corral.
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En relación a los cambios en el gabinete, se confirmó la salida de Seguridad Pública de Ricardo Realivázquez, donde entró Raúl Ávila Ibarra, un vetusto policía federal que colaboró con César Duarte.
Reconoció Cabada al chaparrín y aunque dijo que sería un ingrato si no reconocía sus aportes, la verdad de las cosas es que le aventó un hueso nomás para que lo relamiera, allá por la hermana república de Riberas del Bravo, donde se hará cargo prácticamente de una especie de centro comunitario.
La que hizo valer sus artes negras, fue la ex diputada del PRI, Laura Domínguez, quien destronó a Marisela Vega de Desarrollo Social.
Desde ayer es la mandona en la dependencia. Fue otro de los cambios. Vega pidió su renuncia voluntaria por “motivos personales”.
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El que seguro anduvo de capa caída fue el super delegado Juan Carlos Loera de la Rosa, a quien la maciza de Morena, Yeidckol Polevnsky, le puso una barrida y trapeada en su visita al estado grande.
Los reporteros le preguntaron a la presidenta si había división en Morena, por la aparente pugna entre el funcionario federal y el senador también morenista, Cruz Pérez Cuéllar.
Señaló la damisela que Loera nada tenía que meterse en el partido y que si se quería candidatear aprovechando el cargo, estaría incurriendo en una falta que no se iba a permitir.
Cuando le dijeron que Pérez Cuellar hacía reuniones y se desplazaba por todo el estado, ahí la cosa cambió y Polevnsky dijo que si andaba activo como trompo esa era su función y ahí si hasta lo iba a felicitar.
Deben haberle caído dichos comentarios como balde de agua fría al super delegado, tras sus aspiraciones políticas.
A Polevnsky la acompañaron Antonio Attolini, “El Chairo mayor”, y el profe del comité estatal de Morena, Martín Chaparro. Total que los tres tienen atravesado a Loera.
Entonces tras la serie de cosas sucedidas, Loera ya ni se presentó al informe de Cabada por la noche, porque de por sí lo andan acusando de estar entregado precisamente a Corral y al independiente.
