DESENTUERTOS: VISITA A WASHINGTON FUE UNA VACILADA

*GÜERO, VALENCIA Y MURILLO, PILARES DE CABADA
*EL GENERAL SE TRAGÓ SU ORGULLO

La visita a Washington que pretendía destrabar la crisis del cruce de los puentes internacionales, terminó en una vacilada.

Se supone que deberían haber acudido personajes de primer nivel, como el presidente de la República Andrés Manuel López Obrador o ya de perdida el canciller Marcelo Ebrard, al frente de los mexicanos que exigían sus derechos.
A la hora de la hora no fue ninguno de los susodichos.

Vaya, ni siquiera fue el que se supone era el mayor interesado, es decir el gobernador Javier Corral y en su lugar no mandó tampoco ni a Alejandra de la Vega, sino que mandó al frente nada más y nada menos que a Sergio Madero, director del Fideicomiso de los Puentes. Así que nada se podría esperar en cuanto a resultados de la vista.
El gobierno de AMLO dejó solos a los juarenses en este momento que más se le necesitaba.

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Tras la demostración de fuerza reflejado en el Cabildo, con la aprobación del proyecto Juárez Iluminado, ahora Armando Cabada se pasó al Congreso, donde lo entregó por escrito en la Oficialía de Partes, para que los señores diputados tengan la oportunidad de analizarlo.

El alcalde independiente sueña con que el documento sea pasada a comisiones y posteriormente sea palomeado sin problemas en el pleno.

Durante la entrega en el Congreso, se vio acompañado obviamente por el secretario del Ayuntamiento, el experto en leyes Maclovio Murillo.

No obstante, también se vio flanqueado por El Güero Rodolfo Martínez y su secretario técnico, Víctor Valencia de los Santos. Los tres referidos son los funcionarios más influyentes de la administración cabadista.

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Relata la historia, que era la mañana del 10 de mayo de 1911, cuando el general Juan Navarro se tragó su orgullo y desplegó la bandera blanca para que las tropas revolucionarias la vieran. Era la señal de rendición, tras una batalla que duró desde el día 8 de mayo.

Las fuerzas de Francisco I. Madero comandadas por Pascual Orozco y Francisco Villa, combatieron contra los federales que los llamaban roba vacas, inútiles y cobardes. Tuvieron luego que tragarse sus palabras, cuando los hicieron prisioneros o los sometieron con la violencia de las balas.

Fue la Toma de Ciudad Juárez la que ayudó a que se precipitara la caída de Porfirio Díaz.