Alumnos de escuelas de tiempo completo quedaron sin apoyos

El confinamiento por la pandemia de covid-19 afectó a la educación por igual, pero en el caso del Programa de Escuelas de Tiempo Completo (PETC) se estima que el 48 por ciento de las escuelas beneficiadas no recibieron ayudas alimentarias y 8 de cada 10 niños no fueron apoyados, lo que representa al menos 2.56 millones de estudiantes.

Según el tercer informe de labores de la Secretaría de Educación Pública (SEP), sólo el 52 por ciento del total de las escuelas bajo la cobertura del programa siguió recibiendo algún tipo de apoyo alimentario, lo que significó 15 mil 865 planteles; el resto, 11 mil 202 no reportaron ayuda.

Hasta 2020, según la SEP había 27 mil 067 escuelas dentro del PETC con 3.2 millones de estudiantes beneficiados con la jornada escolar ampliada y, en la mayoría de los casos, servicio de comedor.

En el ciclo escolar 2020-2021, la SEP informó que se priorizaron en la atención los planteles de educación indígena o multigrado que atendieron a la población en situación de vulnerabilidad o en contextos de riesgo social y que presentaron bajos niveles de logro educativo o altos índices de deserción escolar.

Según la autoridad, se brindó el servicio de alimentación a 933 mil estudiantes que asistieron a 9 mil 521 escuelas en zonas de atención prioritaria en estados como Campeche, Coahuila, Chihuahua, Durango, Jalisco, Oaxaca, Tlaxcala y Yucatán.

Además, de las 9 mil 574 escuelas multigrado de preescolar, primaria y secundaria a nivel nacional que existen en el país, sólo 6 mil 344 brindaron el servicio de alimentación, a través de la entrega de paquetes alimentarios a las madres de familia de los alumnos que asisten a estos planteles.

No obstante, los padrones de beneficiarios no se han publicado ni la manera en que fueron destinados los apoyos, lo que no brinda transparencia en los informes de la autoridad educativa, advirtió Fernando Ruiz, investigador de la organización Mexicanos Primero.

El especialista en educación explicó que tras analizar la información disponible del programa se advierte que sólo el 20 por ciento de los casi 3.2 millones de estudiantes bajo el programa recibieron algún tipo de ayuda alimentaria, esto debido a que las escuelas que recibieron apoyos alimentarios son planteles rurales con una baja matricula estudiantil.

La problemática se extiende hasta los docentes, pues a dos meses de concluir 2021, la SEP no les ha notificado si el programa seguirá operando y si se les pagará el incentivo como parte del PETC que se les adeuda desde noviembre de 2020.

MILENIO buscó la postura de la SEP al respecto y hasta el cierre de la edición no hubo respuesta.

PETC entre la indefinición y el déficit

El programa inició en 2011, en el sexenio del ex presidente Felipe Calderón, como una estrategia para ayudar a madres y padres trabajadores y el reforzamiento de conocimientos con actividades extra, con un horario extendido de entre seis a ocho horas diarias, así como el servicio de alimentos.

Pese a ser uno de los programas educativos mejor evaluados en su historia, el PETC ha vivido en la actual administración un periodo de incertidumbre que afecta a la comunidad educativa.

Para el presupuesto de 2020, el programa recibió la mitad del presupuesto con el que funcionó durante 2019, al pasar de 10 mil 190 millones de pesos a 5 mil 100 millones, siendo que en 2019 ya había sufrido el primer recorte cuando se le asignaron mil millones menos con respecto al año anterior, cuando tuvo 11 mil 243 millones de pesos.

Actualmente, el PETC sigue legalmente vigente de acuerdo con el Decreto del Presupuesto de Egresos de la Federación 2021, sin embargo, la SEP no ha mostrado evidencias de haber acatado el mandato de la Cámara de Diputados. Por el contrario, la información presupuestal disponible muestra graves omisiones por parte de las de las autoridades, advirtió Ruiz.

Como constitucionalmente el PETC sigue vigente, el programa enfrenta un déficit presupuestal de 8 mil millones de pesos para la implementación adecuada del modelo pedagógico, esto debido a que el programa requiere 10 mil 189 millones de pesos para su implementación en las más de 27 mil escuelas, alertó Ruiz.

No obstante, para 2021 se han ejercido recursos por un total de 10 mil 120 millones de pesos para la atención de 53 mil 183 escuelas del programa La Escuela es Nuestra, estrategia que se supone absorbería al PETC.

“Para el presupuesto de este año, La escuela es nuestra tenía asignado 12 mil 280 millones de pesos, de los cuales 10 mil 120 millones ya fueron ejercidos para las más de 53 mil escuelas; esto nos deja con remanente de 2 mil 160 millones para operar el programa de escuelas de tiempo completo para el resto del año, pero para que pueda operar necesitamos 8 mil millones adicionales para el resto del año”, expuso.

La poca información en torno al PETC vulnera el acceso a la educación de unos 3.2 millones de estudiantes beneficiarios.

“Esta situación tiene un efecto triple, por un lado se produjo un rezago educativo de gran magnitud que está afectando el aprendizaje de los niños; segundo, se le quita un derecho a los maestros porque no se les está pagando los apoyos financieros a los que tienen derecho desde que se creó; y se deja de apoya a las familias con un horario extendido que le permite a los padres sentirse tranquilos en sus actividades mientras sus hijos están en la escuela”, indicó.

Sin horario extendido, sin paga y sin comedor

Ilse Herrera, profesora de tercero de primaria no dejó de dar clases en la emergencia sanitaria, pese a que desde noviembre de 2020 dejó de recibir la compensación mensual por el PETC.

La maestra de la escuela primaria “13 de septiembre”, ubicada en Los Héroes Tecámac, Estado de México, sólo cuenta con una plaza federal por lo que para poder cumplir con el horario de jornada ampliada recibía una compensación mensual de alrededor de 3 mil pesos, la cual dejó de recibir desde el año pasado y hasta ahora las autoridades educativas no le han informado si los adeudos se cubrirán o si el programa continuará.

Ella, como sus compañeros docentes, tanto quienes cuentan con doble y una plaza, han cumplido con horarios extendidos para preparar clases a distancia y atender a estudiantes y padres de familia en cualquier horario.

“Nosotros no dejamos de dar clases en ningún momento, vimos la manera de adaptar contenidos para poderlos impartir por Classroom, atender por WhatsApp a la hora que podían los padres, a la hora que podían contestar o le podían prestar el celular a sus hijos para que hicieran la tarea. Y ahora no nos han dicho si vamos a seguir con el esquema de la escuela de tiempo completo”, lamentó.

Esta escuela ubicada en una zona de población vulnerable lleva siete años dentro del PETC, y a través del gobierno estatal se le brindaba un apoyo de 15 pesos por cada estudiante para el servicio de comedor; lo que permitía beneficiar a 510 alumnos y 350 madres y padres de familia.

Pero después de la pandemia todo cambió. Con el confinamiento, el comedor de la escuela quedó abandonado y tras la reanudación de clases presenciales, por ahora los estudiantes sólo acuden dos horas y media al día y de manera escalonada.

“La escuela era un apoyo total para las familias; tenemos muchas madres solteras que veían en la escuela una manera de que sus hijos estuvieran seguros y aprendieran más, pero ahora fue un cambio radical en donde no sabemos qué ocurrirá con las jornadas, con los apoyos y nuestros compañeros docentes con una sola plaza”, contó Mónica Robledo, directora de la primaria.

Óscar Castellanos, de tercer año de primaria, extraña los alimentos que servían en el desayuno y comida en la escuela primaria Diódoro C. Olvera. Vanessa Arenas, su madre, ha tenido que reajustar sus dinámicas y presupuesto debido a que el niño ya no cuenta con el horario escolar de jornada ampliada ni el servicio de comedor.

El plantel, ubicado en Tenango del Aire, Estado de México, también enfrenta la misma incertidumbre, sin apoyos para alimentos ni pagos de incentivos. Por ahora opera de 08:00 a 11:00 horas y el comedor también luce abandonado.

“Ahorita sí es un poco más complicado porque es más el gasto, ahora tengo pensar en el desayuno y comida no sólo de él, sino de mis otros hijos, además de que mi horario laboral no me permite ir a recogerlo, así que nos organizamos entre padres, vecinos para recoger a los niños”, lamentó Vanessa Arenas.

“Yo sí pediría a las autoridades que no dejen de apoyar a las escuelas de tiempo completo, muchas familias salen afectadas y no se vale que a los docentes no les paguen, ellos siempre estuvieron pendientes en todo momento de los niños, así que no pueden desaparecer todo esto”, agregó.