DESENTUERTOS: ENDIOSADO CORRAL CON LOS BRAVOS

*SE DA TIEMPO LOERA PARA PEDALEAR

*¿MILITARES MEXAS AL SERVICIO DEL IMPERIO?

Hablando de funcionarios que utilizan su tiempo en ciertos eventos ajenos a sus obligaciones de gobierno, este lunes Javier Corral estará en Juárez para la develación del trofeo de “Copa Bravos Internacional 2019”.

El gobernador de Chihuahua utilizará las propias instalaciones del Gobierno del Estado en Ciudad Juárez, para apoyar dicho proyecto particular.

Seguramente hablará Corral de su apoyo al equipo de futbol, a quien ya prometió la construcción de un estadio con dinero de los contribuyentes chihuahuenses, para favorecer la iniciativa de la empresaria-funcionaria Alejandra de la Vega.

 

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El delegado federal en Chihuahua, Juan Carlos Loera de la Rosa, también se da su tiempo para practicar deporte, para lo cual presumió en sus redes sociales.

Colocó en su muro unas imágenes, donde anduvo pedaleando en su bici de montaña.

No era la frontera de Juárez donde se ejercitó, porque se veía un panorama muy verdoso.

“Ayer y hoy, busqué un espacio para el ejercicio físico, la actividad en territorio es demandante y hay que tener buena condición. El ciclismo es mi deporte preferido”, escribió.

No tiene nada de malo ejercitarse, lo malo es cuando algunos políticos dejan de lado sus funciones, por andar en la socialité, como cierto gobernador al que le derrite el golf y las carreras pedestres.

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A los soldaditos del Noveno Regimiento de Caballería Motorizado asentados en Juárez, simple y sencillamente les pusieron unos brazaletes con dos letras (GN) y ya son la Guardia Nacional.

Así se fácil, resolvió López Obrador la exigencia de Donald Tump, de amedrentar a los migrantes centroamericanos que por miles han estado llegando a la frontera para cruzar el río Bravo y pedir asilo político a Estados Unidos.

Si los militares se rehusaron en su momento a ser utilizados en el experimento de la nueva corporación, hoy tienen que someterse a disciplina y aceptar las ocurrencias de este nuevo gobierno.

No les queda otra a los castrenses, más que aceptar, aunque sea denigrada su vocación de ser baluartes de la defensa del país.

Les asignaron así, de la noche a la mañana, funciones de Border Patrol, para satisfacer al copetón gringo. AMLO se los puso en charola de plata. “Al servicio del imperialismo yanqui”, como diría él mismo si anduviera en campaña. Qué sorpresas y vuelcos da la vida, o más bien dicho, los intereses.